La enfermedad varicosa constituye la más notable manifestación clínica de la insuficiencia venosa crónica, siendo posiblemente la carga asistencial más importante en las unidades y servicios de angiología y cirugía vascular, enfermedad que en la mayor parte de los casos queda relegada a un segundo plano por detrás de la patología arterial.
Las várices suponen un problema de salud que afecta principalmente a los países desarrollados, donde causan una alta morbilidad en la población adulta y tienen un alto costo para los servicios sanitarios. Se estima que entre 10% y 15% de los varones y entre 20% y 25% de las mujeres adultas de los países occidentales presentan várices.
En España, podrían existir unos 3 millones de pacientes con esta dolencia. Si bien el tratamiento médico de las várices puede contribuir a mejorar la sintomatología, es el tratamiento quirúrgico el que consigue los mejores resultados.
La fleboextracción de las safenas considerada durante décadas el patrón de oro del tratamiento quirúrgico, tiene que competir actualmente con técnicas que en muchas circunstancias igualan o superan a los procedimientos anteriores. La realización de estos procesos precisa en todos los casos el empleo de diferentes tratamientos anestésicos.
Estas técnicas anestésicas han evolucionado en concordancia a las técnicas quirúrgicas, y así actualmente podemos ofrecer la posibilidad de realizar procedimientos anestésicos mas selectivos, menos agresivos y que requieren en la mayor parte de los casos una mínima estancia hospitalaria.
Tomado de : www.Noticiasendovasculares.com